sábado, 13 de abril de 2013



 Dani se estaba impacientando. Ya eran las cinco y media y aquella chica aún no había aparecido. Aunque claro, quizás sí que estaba allí, pero no había manera de reconocerla. Decidió mandarle un mensaje.

DE DANI PARA DESCONOCIDO: Te estoy esperando. ¿Has llegado ya?

Segundos después, ya le había contestado.

DE DESCONOCIDO PARA DANI: Sí, pero por lo que veo tú aún no.

DE DANI PARA DESCONOCIDO: Estoy sentado en una de las mesas.

DE DESCONOCIDO PARA DANI: Pues no te veo.

DE DANI PARA DESCONOCIDO: Claro que no me ves, ni si quiera me conoces, no sabes quién soy.

DE DESCONOCIDO PARA DANI: De acuerdo, si no te conozco y ya estás aquí, dime, ¿cómo podré reconocerte? Ve dando mi pistas y yo me acercaré a tí.

Dani sonrió. Aquello parecía un juego.

DE DANI PARA DESCONOCIDO: De acuerdo. Llevo puesta una camiseta roja y unos vaqueros rotos. Llevo gafas, mi pelo es negro y rizado y obviamente, tengo mi móvil en las manos.

Dani envió su mensaje. Un grupo de chicas se levantaron de la mesa que estaba frente a la suya, permitiendo a Dani observar a una chica joven, más o menos de la misma edad que él, que chateaba por su teléfono en la mesa del fondo. Era morena, de ojos azules. La chica levantó la vista hacia donde estaba Dani, y sonrió.

DE DESCONOCIDO PARA DANI: Te encontré.

Dijo levantándose. La chica se sentó en la mesa con Dani.

-Así que al final, estaba equivocada. Lo siento. Ha debido ser un incordio recibir todos esos mensajes.
-En realidad, ha sido divertido. Esta semana ha sido la más entretenida e interesante.- La chica rió. Tenía una risa preciosa.
-¿Te apetece tomar algo? Yo invito. En recompensa por lo de los mensajes acosándote y eso.
-No hace falta, en serio. Yo tengo dinero.- Pasaron la tarde en el café, conversando. Prometieron quedar otro día, y ni si quiera hizo falta un intercambio de números, pues lo primero que supieron el uno del otro, incluso antes de conocerse, eran sus números de teléfono.

Por Ellen Hamon :)


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