jueves, 2 de mayo de 2013



Nunca he sido un romántico. No soy de esa clase de chicos que prestan demasiada atención a los detalles, o dicen cursiladas, o van a la playa por la noche con la chica de sus sueños, ni a una cena a la luz de las velas... No soy ni si quiera de los que le gusta ir cogidos de la mano.
Supongo que esa es una de las razones por las que sigo solo.
Ha habido muchas mujeres, sí, pero no he sido capaz de retenerlas a mi lado. Conmigo todo es monotonía, lo reconozco, no soy un chico especialmente guapo o inteligente, ni gracioso, mi rutina es de los más normal, ni siquiera hago deporte.
Esos es lo que más le fastidiaba a Laura. Laura fue mi última novia, y la más importante. Honestamente, Laura ha sido  la única que realmente me ha importado. Es perfecta. Guapa, lista, activa, siempre sonriente... Cómo la echo de menos. Ella se merecía algo mejor, algo que yo no podía ofrecerle. No hablo de cosas materiales, pues la verdad es que no ando mal de dinero, soy un abogado de alta reputación. Pero ella necesitaba atención, y yo fui un estúpido por no dársela.
Esto me ha hecho pensar, me ha hecho pensar en lo que soy y lo que quiero ser.
Hoy me quito la etiqueta de aburrido, y empiezo a vivir la vida. Con suerte, alguien querrá vivir la suya a mi lado.


Por Ellen Hamon :)

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