Érase
una vez, en un instituto de La Línea, una clase que, aunque la media
de notas era alta, no había muy buena relación entre los alumnos.
Los chicos no eran malos en realidad, sino que cada uno miraba por sí
mismo, sin preocuparse por los problemas de otros.
El
primer día del curso, cuando los alumnos oyeron el nombre de la que
sería su tutora ese año, se miraron extrañados. Por una parte, se
alegraron de que no volvieran a tener el mismo tutor del curso
anterior, pero por otro, les preocupaba que la nueva fuera aún peor.
¿Quién era Inma Nieto?
Cuando
subieron a clase aquel día y la tutora les dio una charla, quedó
más que claro que aquella profesora no toleraría tonterías, aunque
tampoco se le veía que fuera mala. Ellos pensaron que sería una de
tantas profesoras que habían tenido, que se limitaría a entrar y
salir de su vida sin dejar marca, pero se equivocaron.
A
lo largo del curso, los alumnos pudieron ver que aquella profesora,
además de llevar sus clases realmente bien, era un gran ejemplo a
seguir. Los alumnos vieron también que la profesora realmente quería
ayudar en los problemas de la clase, que para ella los alumnos no
sólo eran eso, alumnos, sino también personas, lo que hizo que
quisieran mejorar.
Al
final del curso, aunque no todos habían mejorado como alumnos, sí
que lo hicieron como personas.
Alicia
González.
Un
día, no hace mucho tiempo, alguien me preguntó: “¿quién ha sido
la personas que más te ha marcado en la vida?”.
Aquella
pregunta me hizo reflexionar. ¿Mis padres? ¿Algún amigo? ¿Algún
famoso?
Y
entonces el nombre de “Inma Nieto” se cruzó por mi mente.
Inma
fue mi tutora y profesora de lengua en 3º de ESO.
Recuerdo
claramente el día en que la conocí, aunque ya hace años de
aquello. Recuerdo el momento en el que nos llevo a la que sería
nuestra clase, y nos empezó a hablar sobre lo que haríamos durante
el curso, el horario, las normas... Recuerdo cuando me hizo tirar el
chicle a la papelera, recuerdo haber mirado a Marta y ambas decir
con una sonrisilla: “Esta nos va a poner firmes”. Y la verdad es
que nos hacía falta. Inma llegó justo en el momento oportuno,
cuando la relación entre compañeros de clase no era muy buena. Inma
nos enseñó mucho, pero no sólo sobre gramática y literatura. Nos
enseñó cosas más importantes, nos enseñó a conocernos, nos
enseñó a ser mejores personas. Se preocupaba por nosotros y nos
ayudaba a mejorar. Recuerdo cuando tenía quince años y pensé: “yo
quiero ser como ella de mayor”, porque Inma fue todo un modelo a
seguir, y ahora que ya he crecido, y tengo mi casa, mi trabajo, mi
marido y mis hijos, me siento orgullosa de haberla tomado como
ejemplo, porque Inma Nieto me ayudó a crecer, tanto académica como
personalmente. Por eso cuando me preguntaron qué persona me había
marcado más en la vida, yo contesté segura: Inma Nieto.
Porque
es una mujer admirable, guapa, inteligente, segura de sí misma... y
me alegro de haberla conocido, me alegro de haber sido su alumna, me
alegro de lo mucho que me hizo reflexionar, me alegro por todo lo que
hizo en el curso por nosotros...
Ellen
Hamon.
Con
mucho cariño, de tus alumnas Ali y Ellen :)
Bonita dedicatoria ^.^ Totalmente acertada y merecida para Inma Nieto :) ¡A ver si tenéis suerte y os da clase también el próximo curso!
ResponderEliminarP.D.: Soy Andrea xD
Bueno, bueno, bueno... Totalmente inmerecidas vuestras palabras, chicas. Me habéis dejado sin palabras (y mira que soy profe de Lengua ;) ).
ResponderEliminarDeseando veros el próximo curso.
Un abrazo.
Inma N.